Aunque vimos lo que estaba sucediendo en China y después en Italia, la mayoría no nos imaginamos la situación tan difícil en la que nos iba a poner el Covid-19. Cuando ocurre un acontecimiento global y tan grave como este, nuestras vidas cambian en lo personal y lo profesional y nos preguntamos y luego, ¿qué? Por eso, hemos pedido a Paula González Carracedo, experta en organización de estrategias de comunicación para negocios y personas veganas, que nos ofrezca su visión sobre cómo gestionar el presente y el futuro al que se enfrentan numerosos negocios.
Comenzamos preguntando a Paula qué deberían hacer los pequeños negocios veganos, que han tenido que parar su actividad, a la hora de comunicar a su público potencial que siguen ahí, que les esperen, que les visiten… cuando retomemos la “normalidad”.
“Lo primero es valorar si van a poder abrir una vez que pase todo esto. Para eso hay que ser muy honestas con los números y ver bien las posibilidades. Si se decide, porque se puede y se quiere, seguir, entonces es época de ayudar, de aportar valor y de arrimar el hombro“, nos cuenta.
“Se suele tener el concepto equivocado de que si una pastelería te da su mejor receta de galletas, entonces nunca vas a volver. A los sitios se vuelve por la confianza, el cariño, el producto y el servicio. Me haré las galletas en casa de vez en cuando, pero cuando pueda y me apetezca no cocinar, iré a apoyar a esos sitios que durante esta pandemia estuvieron al pie del cañón. Lo mismo con una peluquería. ¿Me puedo teñir ahora en casa? Sin duda. ¿Elegiré volver a la peluquería en la medida de mis posibilidades cuando todo acabe? Claro que sí, porque son profesionales y lo hacen mejor que yo. Así que lo mejor durante este tiempo es comunicar aportando“, explica.
Los primeros días de cuarentena fueron toda una prueba de fuego comunicativa para muchos negocios que no tenían en un cajón un plan para gestionar esta crisis. Como experta en comunicación, la pregunta sobre qué echó en falta es obligatoria.
“No lo sé bien. Es fácil analizar las cosas una vez ya han pasado, pero en el momento a todas nos puede la situación, los nervios y la incertidumbre. Supongo que muchas pecamos de exceso de optimismo en un momento dado y otros he visto que se lo han tomado con humor cuando ya había muertos encima de la mesa. Eso a mí no me parece prudente, que creo que es una de las mejores cualidades en comunicación. Lo que pasa que entraríamos en el debate de los límites del humor y no sé si es pertinente ahora mismo. Creo que muchos dieron la respuesta que podían, dadas las circunstancias y con lo que tenían en aquel momento“.
“¿Que incluso el negocio más minúsculo necesita un plan de comunicación en el que se incluyan las crisis? Sin duda”, asegura.
También le pedimos a Paula que analizase todo el movimiento que la cuarentena ha hecho aparecer en redes sociales. En Instagram se han celebrado festivales de todo tipo, muchos más directos de los habituales, tutoriales de belleza, stories con recetas de cocina… ¿Qué piensa de la hiperactividad comunicativa durante un confinamiento tan largo?
“A mí me abruma, sin duda. Pero también es lógico teniendo en cuenta que la población mundial crece de forma exacerbada y cada vez somos más. A eso nos vamos a tener que ir acostumbrando: al exceso de información, al ruido. No podemos pedirle a la gente que comunique a nuestro ritmo. Somos nosotras quienes nos tenemos que autorregular”, asegura.
La vuelta a la “normalidad”, lo que se conoce como la “nueva normalidad” desde ayer, pondrá a prueba a los negocios. Paula nos cuenta las primeras medidas comunicativas que recomendaría implementar.
“Los clientes primero. Hay que coger el teléfono y llamar para ver cómo están, qué necesitan y qué echan en falta. Lo mismo para las que tengan un negocio físico abierto al público: preguntar, preguntar y más preguntar. Hay que desarrollar conversaciones con nuestro público porque las necesidades, igual que el poder adquisitivo, van a cambiar“, se muestra tajante.
El día 21 de marzo, Paula iba a presentar en sociedad su agencia de comunicación “The Vegan Agency”, pero la cuarentena hizo que tuviera que aplazarlo: “Cambiar la marca personal también está suponiendo un reto y avanzamos lo mejor que podemos, pero no quiero dejar descuidado el newsletter, ya que he tenido que posponer la tercera temporada del pódcast Ingobernables, que grababa siempre de forma presencial. Al final, si la gente quiere podcast, voy a tener que adaptarme a un formato online en cuanto el tiempo me lo permita. Y en “The Vegan Agency” vamos a seguir compartiendo contenido de calidad, ayudando a nuestros clientes a salir en prensa y hacer una buena comunicación, con la mirada puesta en otros países”.
Además está trabajando intensamente en la campaña de “Million Dollar Vegan” #QuitemosLasPandemiasdelmenú y nos adelanta: “Vamos a donar más de 100.000 dólares en comida vegana en diez países distintos y coordinar una acción así es siempre un trabajo extra”.
Fotos | Thomas Bedwin (1, 2 y 3) y Million Dollar Vegan (4)