El día 22 de marzo se celebra el Día Mundial del Agua y entre los consejos que se dan para ahorrar agua de las instituciones y otros organismos relevantes no suele aparece elegir una alimentación vegana. En este artículo te contamos con fuentes y cifras por qué no consumir productos de origen animal es una poderosa herramienta para este fin.
Según datos de PETA, una persona vegana puede ahorrar más de 829.000 litros de agua por año; para producir un litro de leche de vaca se necesitan más de 264 litros de agua; la huella hídrica de una tonelada de carne de ternera es de más de 15.000.000 de litros de agua, mientras que la de una tonelada de vegetales es de 321.760 litros de agua. Según datos de The Vegan Calculator, una persona vegana ahorra unos 4.164 litros de agua cada día.
Mientras que la Humane Society afirma que son necesarios 3.000 litros de agua para una hamburguesa de ternera de 200 gramos. Esto equivale a treinta duchas de una duración de cinco minutos. Además explica que una alimentación sin carne reduce nuestra huella hídrica en más de un 55 %.
La Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (United Nations Environment Assembly) dice que una hamburguesa vegetal requiere entre el 75 y el 99 % menos de agua que una hamburguesa de ternera, entre el 93 y 95 % menos de superficie y genera entre el 87 y 90 % menos de emisiones de gases.
“Un dieta vegana es probablemente la mejor manera de reducir el impacto en el planeta, no solo de los gases de efecto invernadero, también de la acidificación global, la eutrofización, el uso de la tierra y el uso del agua. Es mucho más grande que reducir los vuelos o comprar un automóvil eléctrico”, explicaba Joseph Poore, de la Universidad de Oxford, en su análisis del daño que la ganadería causa al planeta.
Si eliges el veganismo como tu forma de vivir, salvas animales, pero también contribuyes al sostenibilidad del planeta. El Día Mundial del Agua y el Día Mundial sin carne están más relacionados de que nos cuentan, si es que nos cuentan algo, aparte de cerrar el grifo cuando nos lavamos los dientes, duchas cortas en lugar de baños o no lavar los platos antes de meterlos en el lavavajillas.