Un lugar en el que los animales, además de estar privados de libertad, llevan una vida llena de sufrimiento, ya que son obligados a realizar números o trucos antinaturales para su especie. Al no poder moverse apenas, por la falta de espacio, suelen sufrir enfermedades y comportamientos anormales y autodestructivos (denominado zoocosis). Esto hace que las muertes prematuras sean frecuentes.
Leyendo lo anterior, cualquier persona imparcial determinaría que los espectáculos con animales deberían estar prohibidos. Desgraciadamente, no lo están ni por motivos éticos ni por motivos meramente antropocentristas como la posibilidad de que humanos salgan dañados por falta de seguridad o por salud pública, pero afortunadamente cada vez más ayuntamientos deciden dar este paso y no permiten que sus municipios acojan circos con animales.
En enero de 2017 el pleno del Ayuntamiento de Madrid aprobó elaborar una ordenanza sobre los derechos de los animales que estudie la prohibición de instalar en la capital circos con animales salvajes. Esperamos que vaya hacia adelante, no se quede paralizada y pueda prosperar entre los intereses políticos que dejan a los animales al final de su lista de “tareas”, eso cuando aparecen en ella.
La capital tiene suficientes ejemplos que seguir: municipios madrileños como Alcobendas, Alcorcón, Fuenlabrada, Móstoles o San Fernando de Henares, más de 200 en el resto de España como Barcelona, Manresa, Palma de Mallorca o Vitoria… y multitud de países en los que ya se ha dado este paso como Suecia, Austria, Costa Rica o Bolivia.
Nadie esperaba que los propietarios de los circos se quedasen impasibles ante lo que puede avecinar en la ciudad de Madrid. Sus argumentos: cumplen las leyes, ¿quién dijo que estas fueran justas? y dejarán sin trabajo a muchas familias, nadie ha dicho que tengan que cerrar el circo sino que dejen de usar a animales.
El circo más prestigioso del mundo el cirque du Soleil no esclaviza animales al igual tantos otros a lo largo del mundo. Su existencia es una prueba fehaciente de que pueden funcionar sin necesidad de perjudicar a nadie.
Desafortunadamente las leyes no tienen en consideración a los animales y permiten su uso en circos, granjas y laboratorios, pero al igual que otras leyes discriminatorias por la raza, sexo o por la orientación sexual se han cambiado para crear una sociedad más justa, estas también tienen que hacerlo.
El rechazo al uso de animales en cabalgatas, circos, tauromaquia… refuerza la idea de que los cambios en pos de la ética y el respeto a todos son posibles.
Estos avances se han llevado a cabo gracias a la labor de activistas y organizaciones que trabajan diariamente en favor de los derechos animales.
Si podemos vivir sin perjudicar al resto de animales en ningún ámbito (alimentación, vestimenta, entretenimiento…), ¿por qué no deberíamos hacerlo? Hoy es un buen día para comenzar, si no lo has hecho aún.
Foto | Vera Kratochvil