Es posible que te importe muy poco o nada los argumentos de otras personas para justificar su consumo de carne o productos de origen animal o tal vez, tengas curiosidad por conocer estas cuatro enes, si aún no sabes de qué van. La mayoría no nacimos naciendo siendo veganos/as y es muy probable que las utilizáramos en algún momento de nuestras vidas, al menos, para reforzar la idea de que debíamos comer animales.
Posiblemente sufrimos durante un tiempo disonancia cognitiva que “hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones que percibe una persona que tiene al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que entra en conflicto con sus creencias”.
La psicóloga Melanie Joy define en su libro “Por qué amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas” el carnismo para referirse a la ideología dominante que defiende el consumo de carne y productos de origen animal. Su aceptación llega a través de tres enes: normal, natural y necesario. Posteriormente se añadió una cuarta ene, en inglés “nice” que viene a tratar el tema de los gustos y se puede definir como agradable.
Estas cuatro enes cubren entre el ochenta y tres y el noventa y uno por ciento de las razones por las que la gente dice comer carne. Para comenzar habría que analizar si lo que se considera normal y natural es necesariamente bueno y analizar qué es lo normal y natural para una determinada sociedad y una persona en concreto. ¿Necesario en 2020? y por último, ¿los gustos personales están por encima de la vida de billones de animales?
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Normal. Es lo que se ha hecho siempre. ¿De verdad? Siempre ¿desde cuándo es y hasta cuándo abarca? A lo largo de la historia ciertos grupos mayoritarios han perpetuado tradiciones que no eran justas ni éticas, que eran opresoras, y gracias a activistas, pensadores/as y otras personas acabaron. La popularidad y la tradición no justifican la perpetuación de un comportamiento.
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Natural. El ser humano no ha evolucionado para ser carnívoro, somos omnívoros y por ello, podemos vivir sin comer productos de origen animal. A veces se dice que la naturaleza es sabia, pero tenemos multitud de ejemplos que desmontan esta afirmación como los desastres naturales (terremotos, tornados, huracanes, tsunamis…) o el sufrimiento que padecen los animales salvajes que viven en la naturaleza en ciertos momentos de sus vidas. Lo natural no tiene que ser malo de raíz, pero tampoco bueno por defecto. La RAE lo define como “De la naturaleza, relacionado con ella o producido por ella sin la intervención del hombre”. En principio parece una definición, un poco vaga, poco concreta.
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Necesario. Asociaciones de Nutrición de todo el mundo consideran que una dieta vegana planificada y equilibrada es válida para cualquier etapa de la vida. En esta página hemos hablado con varias nutricionistas y sobre la suplementación con B12.
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Nice (agradable). A esta podemos llegar cuando las otras tres se caen por su propio peso. “Porque me gusta?” “Porque está bueno”. Suele ser el argumento “más egoísta”. Si alguien argumenta así, es que tiene muy claro que sus necesidades son más importantes que la vida de cualquier animal y las pone por delante de lo que ocurre en los mataderos. En este punto ayuda la variedad de productos 100 % vegetales que replican la textura y sabor de productos cárnicos.